El invierno invita a lo esencial, al recogimiento y a buscar el calor de la vida que emana del interior para poder recapitular, ordenar, simplificar…
La naturaleza se desnuda pero ni mucho menos se apaga, solo descansa y coge fuerzas para revitalizar-se des de sus adentros.
Voluntad, proyectos, descanso, emociones, calor, frío… Marcan la dinámica de esta estación.
Los órganos y meridianos energéticos que tienen más importancia durante estos meses según la medicina tradicional China, son los de riñones y vejiga y el elemento que rige el invierno es el agua.
Los riñones trabajan constantemente limpiando nuestra sangre, llegando a filtrar unos 200 litros diarios y además de segregan hormonas imprescindibles para nuestro organismo.
Están relacionados con los huesos, la medula, el cerebro y los oídos, por lo que son considerados unos de los órganos más importantes ya que de ellos depende también en parte el buen funcionamiento del hígado.
En el aspecto emocional/mental, unos riñones sanos nos dan voluntad y confianza para afrontar los pequeños y grandes retos de la vida, mientras que su desequilibrio puede darnos sensación de inseguridad, miedo, cansancio, bloqueos, etc.
Para su buen funcionamiento es importante comer lo más libre de tóxicos posible y beber agua de calidad.
Los alimentos hiperproteicos, la sal, el alcohol, el café, y las bebidas gaseosas y azucaradas, hacen que nuestros riñones tengan de trabajar el doble y gastar su preciada energía en limpiar nuestra sangre, así que mejor no abusar de ellos.
El descanso es vital siempre y mas en invierno.
Tus riñones son los encargados de almacenar energía, así que te lo agradecerán mucho, como también estar siempre bien protegidos del frío.
En tu sesión de yoga hibernal, las posturas que estiran y abren la parte baja y media de la espalda, las torsiones suaves, y las de recogimiento, no pueden faltar, además de alguna postura invertida para favorecer la buena circulación sanguinea y el drenaje linfático.
Un buen pranayama para antes o despues de la relajación, seria el de respirar solo por tu fosa nasal derecha – tapando la izquierda – para activar el meridiano energético de Pingala, encargado de generar calor en tu cuerpo.
Ten en cuenta que en invierno te puede costar más de lo habitual entrar en calor y que con la pausa, tu cuerpo se enfriara más rápido, así que mejor mantener un ritmo agradable que alterne intensidad, ligereza y pausa, sin que se enfríe demasiado el cuerpo, o este se tensará en respuesta a la falta de calor, algo que a tus riñones no les sentará nada bien.
(Y no te olvides de una buena manta en el momento de relajarte)
El meridiano de vejiga es el más largo del cuerpo, va literalmente de pies a cabeza y está relacionado con los riñones, la vista, el oído, el aparato reproductor, el cuello, la espalda, las nalgas, los senos frontales, la parte posterior de las piernas y el sistema nervioso.
La vejiga es la encargada de recibir los líquidos desechables de los riñones, transformarlos en orina y almacenarlos hasta su expulsión.
Dicen de la vejiga que es el obrero más humilde pero de los mas importantes para el equilibrio de los líquidos en el cuerpo. El frío y la humedad la pueden desequilibrar, dando lugar a estancamientos en la circulación de los líquidos del cuerpo.
En el aspecto emocional/mental, la vejiga almacena las emociones que no expresamos y lo que no nos permitimos sentir o pensar. Su desequilibrio puede desestabilizar el sistema nervioso, bloquear nuestra espalda, cuello, ciática y también puede producir infecciones de orina.
Si por dentro no fluyen nuestra sangre, agua, linfa y orina, nos sentiremos como un charco sin vida donde todo esta estancado.
Para evitarlo introduce posturas que estiren bien piernas, espalda (baja, media y alta) y movimientos que suelten el cuello y cervicales. También puedes bailar para soltar esas emociones que retienen tu alegría y por su puesto cantar.
Pocos ejercicios harán vibrar y fluir más el agua de tu cuerpo que cantar.
El elemento agua que marca el invierno está relacionado con la voluntad, el almacenamiento de vitalidad, el abrirse paso por la vida y las emociones en general.
Si este elemento está bloqueado en nuestro organismo, aparece el miedo, la duda y la pena.
Así que da igual que haga frío, sal a dar un paseo por el campo, respira el aire fresco, siente el pulso de la vida latiendo bajo la nieve y la aparente inmovilidad, encuentra tus momentos para descansar con un buen libro, tus momentos de jugar y soltar todo aquello que llevas dentro, de comer esos alimentos que te sientan tan bien como un buen abrazo y disfruta del silencio y de estar adentro…
Y recuerda, que detrás del cielo gris y las largas noches de invierno, está esperando el sol radiante de la primavera!
Disfruta tu práctica!
O.